¡Hola gente de internet!
Me da gusto estar escribiendo en
este es mi blog :) el mismo año que mi última
entrada, escribir no me resulta tan fácil
como antes, frecuentemente al momento de empezar, en un acto de autosabotaje empiezan a rondar por mi
mente ideas como: ¿Para qué exponer en internet mi mala redacción? ¿Por qué escribir
cosas que a nadie le interesan? O la más común “Mejor ponte a hacer algo de provecho”. En fin, es por eso que hoy decidí no hacerme caso y seguir
escribiendo.
Después de todo ese choro de autojustificación, vayamos al grano.
Estudios universitarios ¿Qué carrera elegir?
Sé que ya no estoy en edad de hacerme esta pregunta, pero en
realidad creo que nunca estuve ni estaré en la edad adecuada para decidir la
respuesta. Explico, a la edad de 17 o 18 años aproximadamente es cuando se debe
tomar esta decisión, la cual probablemente afectará el resto de tu vida.
Hay gente que desde muy temprana edad lo tiene claro, lo
cual considero una gran ventaja ya que al tener una meta definida es más fácil enfocarte
y trabajar sobre ella. Viéndolo así podríamos decir que estas personas no
tienen mucho problema.
Pero ¿Qué pasa con las personas como yo? que llegamos a los
18, 19, 20 años o más sin tener ni la mínima idea de que estudiar, y no es que no lo hubiera
pensado, al contrario, recuerdo haberlo pensado demasiado, me estresaba muchísimo
tener que tomar esa decisión y es que particularmente no me era fácil encontrar
algo que me gustara más que otra cosa (todas las carreras me llamaban la
atención).
En efecto mi problema es que no lograba decidir en qué área de
conocimiento quería especializarme, en ese entonces me gustaban mucho los
videojuegos y pensaba que quizá podría dedicarme a crearlos, sin embargo al mismo
tiempo me empezó a interesar mucho
la música y aprendí a tocar la guitarra con relativa facilidad, lo cual metía
en el mapa la posibilidad estudiar música, pero ahí no paró la cosa, me sentía atraído por diversas
ramas de conocimiento como: la fotografía, la informática, la filosofía, el
teatro, comunicación, publicidad, etc… eso sí, siempre tuve claro que no quería
ser ni médico ni abogado ni contador.
Quizá en este momento ustedes estarán pensando: “Si todo te
gusta elige lo que más dinero deje”
Y efectivamente opté por irme a lo que
consideraba “la segura” y en lugar de seguir el camino del Rock, elegí la Ingeniería en sistemas computacionales.
Después de eso tuve mi “reality check” y la
universidad y en general el sistema educativo me defraudó bastante, pero como
esto no es mi autobiografía no tocaré el tema (por ahora).
A lo que realmente
quiero llegar es que no creo ser el único que ha pasado por esta situación.
Creo que si tú
estás en un caso similar hay ciertos puntos básicos que debes tomar en cuenta,
y algunas recomendaciones. Y como es costumbre en este es mi blog :) las pondré en
forma de lista esperando que te ayuden un poco a tomar tu decisión.
Encuentra tus habilidades.
Por poner un ejemplo, supongamos que las matemáticas
en realidad no son tu fuerte, entonces aunque te llame la atención estudiar
Actuaría o alguna ingeniería, es probable que te cueste mucho más trabajo que a
otras personas y que quizá termines por abandonarlo. Personalmente y de primera
mano te puedo decir que esto pasa mucho, así que analiza realmente en que eres
bueno, en que materias sobresales sin tener que esforzarte demasiado. Descubre
tu talento natural.
Investiga que actividad realiza el profesionista.
Quizá ser ingeniero/programador/físico/contador/publicista
etc. te parece fascinante, pero puede ser el caso que allá afuera en el área laboral real no sea tan bonito como
lo imaginaste, investiga y trata de platicar directamente con profesionistas
e interrógalos sobre su trabajo y lo que hacen. Busca en las ofertas laborales
que actividades son las que las empresas quieren que realices.
Busca tu felicidad.
Muy en el fondo sabes qué carrera realmente
te haría feliz, mi recomendación es que te quites de miedos, no pienses en que
no encontrarás trabajo o que los sueldos son muy bajos. Al final pagarás un
precio más alto si terminas trabajando en algo que no te gusta tanto.
No temas al error.
Esto es básico, hay mucha gente
que antes de estudiar lo que realmente querían estuvieron brincando de carrera
en carrera, por un lado se puede pensar que estuvieron perdiendo el tiempo, sin
embargo, si al final lograron encontrar la carrera correcta y están felices con
su decisión final ¿Realmente perdieron el tiempo? Yo creo que no.
La escuela no es la única opción.
Y no, con esto no quiero dar a entender que te
metas de narcotraficante o delincuente (esas no deberían ser opción para nadie).
Sé que muchas personas no estarán de acuerdo con lo que voy
a exponer a continuación pero es que realmente creo que la escuela no es el único
camino, si al final no terminas siendo licenciado, ingeniero o arquitecto eso
no quiere decir que estás destinado al
fracaso económico o laboral.
¿Cuántos de nosotros conocemos historias de personas con
licenciatura, o hasta doctorados que se encuentran desempleados o se dedican a
la venta de tacos o cualquier otro negocio que no tiene nada que ver con lo que
estudiaron?
Y así como existen esas historias, también hay personas que
tienen muy buenos trabajos en grandes empresas sin tener estudios concluidos.
Es decir, si tú eres bueno en lo que haces, si tienes una capacitación
constante en el ramo de tu interés, puedes aprender muchísimo sin que un plan de estudios te lo imponga.
Actualmente
hay mucha información en internet, cursos gratuitos de casi cualquier cosa, así que no ir a la escuela no es pretexto para no seguir aprendiendo y si
logras demostrar que tienes los conocimientos y habilidades necesarias es muy
probable que te terminen contratando en alguna empresa o simplemente puedes trabajar
como freelance.
Estoy convencido de que terminar una carrera universitaria puede facilitarte un poco las cosas pero como dicen por ahí: “Un
título profesional solo te garantiza que tienes un titulo profesional”
Esto es todo por hoy, espero que si llegaste a este post con dudas sobre qué estudiar, salgas un poco menos preocupado o con algún plan de acción.
¡Hata la próxima!
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