Estás en la fiesta, sentado desde hace una hora, jugando con el celular, brindando con tu soledad en medio de la multitud, contando los mosaicos del piso y haciendo patrones imaginarios con ellos, en estos momentos te sientes desafortunado por no contar con una pistola que acabe con tu miseria, tus ojos no saben dónde situarse sin que después de un rato tu mirada le resulte incomoda a alguien y de pronto, de manera majestuosa, la chica más guapa del lugar se acerca y, te dice:
-bailas?
Y tu respuesta es:
-No
Pero que imbécil marica!
